sábado

19/09/2014 Generando figuras

   Siguiendo con la temática de la clase anterior, vimos al comienzo unos ejemplos del arquitecto español Pablo Palazuelo.
   A diferencia de ejemplos de otros pintores, en la obra de Palazuelo se puede observar que tiene más orden y claridad, quizá porque la visión del arquitecto es diseñar espacios habitables, como nos explicaban los profesores.

   Nuestro trabajo consistía en crear una trama compleja, como hacía Palazuelo en sus obras, para más tarde diferenciar las partes que más nos llamaban la atención o más representativas. Con ello generamos figuras que sobresalen por encima de la trama inicial.

   Antes de empezar apagaron las luces y nos pusieron música jazz improvisada. Ésta partía de una base hecha con tres instrumentos y luego iban entrando otros nuevos, creando la melodía. Todos los sonidos estaban en armonía y para que los instrumentos nuevos no desafinaran frente a la base, tenían en un primer momento que escucharla y a partir de ahí emerger creando sonidos nuevos.
   Al ponernos esta música, los profesores querían darnos a entender que era lo que querían que hiciéramos, los trazados tenían que "escucharse" entre ellos para no desentonar.

   Me costó mucho entender lo que los profesores realmente querían que hiciésemos, pues al principio mi mano, acostumbrada a los dibujos anteriores, trazaba curvas cuando la trama tenía que consistir en líneas rectas.
   Tuve que borrar en muchas ocasiones y cuando creía que ya había conseguido esa entramado inicial, los profesores nos volvieron a juntar puesto que ninguno había conseguido realizar una buena trama. Cada línea iba por su cuenta, haciendo pequeñas figuras, mientras que lo que teníamos que hacer eran trazos simples que se entrelazaran, y de esas uniones tenían que surgir las figuras.

   Mi trabajo no valía, así que le dí la vuelta al papel para comenzar de nuevo.
   Esta vez parecía que iba mejor, pero seguía sin captar la esencia de la Palazuelo. Pero no era la única, pues a mis compañeros les pasaba algo parecido. Por lo tanto nos hicieron pasar el trapo por la lámina y dibujar por encima.

   Me encontraba un poco frustrada, puesto que una tarea que aparentemente no me había parecido muy compleja, se convirtió en el trabajo más complicado desde que empezó el curso.

   Pero tenía que terminarlo, y bastante más desanimada que al principio, me puse manos a la obra.
   Una vez que todos teníamos la base había que empezar con el color, y la mayoría de nosotros cogimos un pastel y empezamos a rellenar "huecos". Pero eso tampoco era lo que teníamos que hacer, así que borré lo que había hecho e intenté recordar los ejemplos de Palazuelo.

   Primero fui destacando los trazados que más me llamaban la atención, dejando en una parte figuras más pequeñas, las cuales pinté con colores oscuros, que iban siendo más grandes y de colores más claros.

   Al rellenar los espacios se perdieron las líneas originales, por lo tanto con ayuda del chunky blanco volví a repasar algunos.

   Y después de una clase que no empezó con buen pie, creo que el resultado fue bueno.



 

jueves

18/09/2014 Desentrañando las capas

   En la clase de hoy hemos visto varios ejemplos de cuadros en los que se podían observar una trama de trazos que se superponían en varias capas.
   Pero en ellos empezaban a aparecer figuras que sobresalían por encima del resto, haciendo que el espectador se parara detenidamente sobre ellas, analizándolas.
   
   El trabajo consistía en realizar un trazado que luego tendríamos que difuminar y utilizar como fondo y a partir de ahí seguir realizando más capas.

   En este tipo de dibujos, en mi opinión, el fondo tiene un carácter tan importante como el resto, pues no se limita al papel negro, sino que también forma parte de él los primeros trazos.

   Para que estos dibujos tengan armonía es muy importante tomarse su tiempo, como nos indicaban los profesores, creando un entorno y un conjunto que esté en sintonía, siendo el último paso en el cual el autor tiene que hacer destacar unos elementos por encima del resto.


   Me ha parecido muy interesante este trabajo y he disfrutado mucho haciéndolo y creo que eso se ha reflejado en el dibujo.

13/09/2014 Interpretando de otra manera

   El trabajo del arquitecto consiste en transformar y construir un dibujo en 2D, en un edificio o una estructura en 3D.
   En esto consistió la tarea que tuvimos este fin de semana. Teníamos que construir una maqueta en tres dimensiones partiendo de uno de los dibujos que hicimos el viernes en clase.





Elegí este dibujo para realizar la maqueta.







   Pero antes de empezar a construir es necesario tener un boceto, en el que de una manera sencilla se intenta proyectar lo que más tarde se fabricará.
   Me costó mucho empezar, pues nunca había hecho nada parecido, pero poco a poco fueron surgiendo las ideas.

   Partiendo de ahí comencé a construir la escultura utilizando jumping clay de colores, lo que me permitía mezclarlos; pasta para modelar que una vez seca pinté con temperas. Para la estructura usé distintos alambres y metales.
  
   Fue bastante difícil modelar la figura que tenía en la cabeza, y al principio me costó bastante acostumbrarme a los materiales. Y aunque el resultado no es como me lo esperaba, creo que para ser la primera vez que hago algo así, no ha quedado mal.





   El fallo que me parece que tiene es que el dibujo es mucho más completo, mientras que la escultura se ha quedado un poco vacía.





   


   En esta última foto me moví mientras la realizaba, pero me pareció curioso como gracias a eso la figura adquirió movimiento, dando una interpretación que, en mi opinión, capta mucho mejor la esencia del dibujo.

viernes

12/09/2014 Imitando a Boccioni

   Un buen arquitecto necesita observar el mundo que le rodea, lo que está construido a su alrededor, y tomarlo como punto de partida mediante el cual irá innovando y creando formas nuevas.
   Por tanto la clase de hoy se ha llevado a cabo a partir de la observación de un cuadro del italiano Boccioni. Después de un rato comentando su obra, hemos estado un minuto en silencio, analizando cada parte y el conjunto que formaba, y considerando las sensaciones que nos producía.
   Con el estado de animo creado después de pasar un tiempo estudiando la pintura de este autor, hemos comenzado nuestras propias interpretaciones y de cierta manera "copias" de ella.

   No me siento muy orgullosa de este dibujo, puesto que estaba tan concentrada en intentar copiar el que teníamos como modelo, que no le permití a mi imaginación improvisar y realizar su propia apreciación.
   
   Por tanto creo que no realicé bien la tarea que nos habían puesto los profesores.

   Además, como en uno de los dibujos de ayer, al principio me dedique a emborronar el papel, trazando rectas sin ningún sentido ni orden, de tal manera que hubo un momento en el que no se distinguía el fondo.
   Por tanto tuve que volver con mi fiel aliada, la goma de borrar, para intentar diferenciar unos trazos de otros.





   Observando a un compañero que tenía al lado, le pregunté que cómo conseguía darle tanto movimiento a sus obras, obteniendo una armonía y sintonía con todas las partes. Su respuesta me sorprendió, puesto que me contestó que tan sólo se dejaba llevar, no le importaba el resultado, ni empezaba dibujando poco a poco; sino que al principio recorría la lámina, para más tarde ir dando sentido a cada trazado.

   Me gustó su forma de trabajar, por lo que para el siguiente proyecto intenté hacer lo mismo.

   Esta vez cambiamos la barra chunky blanca por los pasteleres de colores, así que para empezar cogí tan solo dos colores puesto que no quería complicarme mucho, agobiándome por cómo combinarlos.
Y, al igual que en la primera clase, estuve escuchando la música hasta que me sentí relajada y empecé a pintar.


   Casi sin darme cuenta empecé a incluir más colores, y con ayuda de los profesores que me indicaron que debía hacer que pareciera que el dibujo no se limitaba solo al papel, sino que estaba por todo el espacio, y que tenía que darle profundidad en algunas partes, creo que conseguí un resultado mucho mejor.
   Al igual que ayer no se puede apreciar bien la intensidad de los colores, lo que es una pena pues resaltan y destacan mucho sobre el fondo negro, pareciendo luces de neon.

   Aunque no llevo mucho tiempo dando esta clase me he dado cuenta de que siempre empiezo haciendo trabajos que no destacan por ser buenos, pero que después, con el siguiente trabajo, mejoro.    Esto es debido a que para el segundo trabajo siempre he tenido una referencia anterior de los trabajos de mis compañeros. Repitiendo lo que he dicho al principio, un buen arquitecto tiene que saber observar a su alrededor y aprender de él, y creo que lo que yo experimento en estas clases es algo parecido.
   Como nos comentaron antiguos alumnos de esta asignatura, se aprende de los profesores, que son los que van guiando nuestra educación, pero también se puede aprender mucho de los demás estudiantes.
   Sólo tenemos que aprender a contemplar y examinar lo que nos rodea.

jueves

11/09/2014 Un toque de color

   Seguimos con la trayectoria de la clase anterior, experimentando al dibujar, realizando composiciones que aparentemente no siguen ninguna regla; pero hoy tenemos unos nuevos aliados: ¡Los pasteles! 
   Por tanto nuestras pinturas tienen hoy otro enfoque distinto. Al igual que en la clase anterior, teníamos que probar diferentes maneras de dibujar, colocando el pastel de una forma u otra, pero hoy se nos añadía un nuevo reto: combinar los colores, mezclándonos de tal manera que todos estuvieran en armonía. 

   Aunque esta vez tuve menos problemas a la hora de empezar a rellenar el papel, no conseguí lograr que todos los trazados estuvieran asociados entre si. Más bien parecían dibujos diferentes colocados en un mismo plano, como si no tuvieran nada que ver unos con otros.


   Al igual que en la clase anterior, los profesores expusieron algunos trabajos delante de la clase, y en ellos pude observar como algunos de mis compañeros sí que habían logrado ese equilibrio entre los trazos. Algunos de los que comentamos me impresionaron, pero lo que más me llamó la atención fue mi reacción ante ellos. 
   Si me hubieran preguntado unas semanas antes habría dicho algo parecido a que solo eran un montón de garabatos sin ningún sentido; pero después de estas dos clases pude apreciarlos con más detenimiento. Sus autores no habían hecho rayas al azar sino que seguían como una especie de entramado en el que cada componente estaba en sintonía con los demás.

   Para mi siguiente dibujo utilicé una lámina de color negro, porque en los trabajos de otros alumnos observé el efecto que producen los colores sobre ese fondo, puesto que resaltan mucho más que sobre un fondo blanco.



   Para el siguiente intenté que tuviera más unidad, aunque todavía no logré conseguirlo del todo. Tiendo demasiado a diferenciar cada parte, puesto que no estoy acostumbrada a pintar sobre superficies tan grandes, y me resulta difícil ensamblar todas las partes en una sola, pero creo que el resultado es mejor al anterior.
 
   Por culpa de la luz y que con el móvil no se pueden realizar fotografías profesionales, no se puede apreciar bien la intensidad de los colores, puesto que en directo la pintura tenía mucha más fuerza.







   Para el último trabajo nos mandaron que con tres simples trazados, usando tres colores, rellenáramos el papel, de manera que cada marca resaltara sobre las demás pero que al mismo tiempo estuviera en entendimiento y compenetración con ellas.





   Al principio, en vez de diferenciar cada elemento, parecía un gran borrón de colores, pero gracias a un profesor que me ayudó y con el refuerzo de la goma de borrar, logré que tuviera cierto sentido.
 
   Con esto aprendí que no consiste solo en atiborrar la lámina con colores, sino que a veces es mejor borrar y empezar de nuevo. El fondo también tiene un papel importante dentro de una obra, y nos podemos ayudar de él en ocasiones para resaltar más otras partes.

miércoles

05/09/2014 Jugando como niños

     Llegamos a la universidad, y pensamos que ya sabemos un poco de todo. Durante nuestra estancia en el colegio nos enseñaron las asignaturas básicas, matemáticas, lengua,... y creemos que ya estamos listos para seguir aprendiendo, pero... ¿y si en algunos casos, lo que necesitamos es volver al principio, donde no sabíamos nada y dejábamos volar nuestra imaginación?
     Así fue mi primer día en la asignatura conocida como DAI. Los profesores nos explicaron que la tarea del arquitecto es crear algo nuevo, jugar con la materia, y para ello necesitamos volver a experimentar el dibujar dejándonos llevar. Una vez que hayamos olvidado todo lo que creíamos saber, tenemos que volver a aprender.
   Esta clase nos hizo volver a recordar nuestra infancia, cuando con unos simples garabatos creíamos representar todo lo que nos rodeaba.
   
   Nuestra primera tarea consistía en rellenar una lámina con trazos, dejando que nuestro cuerpo experimentara, utilizando técnicas, como era el carboncillo o la barra chunky.
   Al principio me sentía rígida, y miraba a mi alrededor, viendo como mis compañeros empezaban con su trabajo cuando yo no sabía por donde empezar. Por lo que decidí ponerme manos a la obra, sin pensar mucho lo que hacía, tan solo dejando que el carboncillo recorriera el papel en todas las direcciones posibles...

   













      Y este fue el resultado. 




   Al terminar este primer dibujo, los profesores expusieron algunos de los trabajos de otros compañeros, y en ellos pude observar como algunos de ellos había logrado crear un movimiento en sus dibujos, no marcando tanto los trazos, sino dejando fluir la pintura, sin intención de crear contornos definidos.
   Por tanto antes de empezar la siguiente tarea, estuve escuchando la música que habían puesto de fondo y casi sin darme cuenta, mi mano empezó a recorrer la lámina al ritmo de la música. No prestaba tanta atención a como quedaba, por lo que creo que mejoró bastante respecto al anterior.

 

   


  Es un poco caótico, y parece que nada tiene sentido, pero eso es precisamente lo que me permitió volver a disfrutar como una niña. No me importaba el resultado final, sino divertirme, mancharme con el carboncillo, y ante todo experimentar.










   Por último nos mandaron rellenar el papel con un simple y único movimiento, partiendo de una zona más oscura a otra más clara, añadiendo al final el color blanco con la barra chunky.


   Al terminarlo lo primero que se pensé es que parecía gran borrón negro. Pero gracias a él, todo mi cuerpo, no solo la mano, probó a moverse a través de esa hoja en blanco, rellenando cada parte.

   Después de esta clase me sentí mucho mas relajada y animada, pues durante unas horas había dejado de pensar, guiándome con la imaginación. Hasta entonces nunca pensé que algo así me ayudaría en mi educación, pero al terminar comprendí que hay muchas más formas de aprender, y estoy segura de que DAI nos las enseñará todas, de una forma que jamás creímos posible.